Ser generoso y estar dispuesto compartir las posesiones y riquezas con los demás, es sin duda, una de las satisfacciones más grandes que un ser humano puede sentir, sobre todo cuando se hace desde el corazón y sin esperar nada a cambio. Esto es precisamente uno de los mandatos de Dios que todos deberíamos poner en práctica, incluso, con lo poco que podamos tener. Conoce más sobre la buena acción de compartir lo que tienes con los demás.

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1. La riqueza: una prueba para el creyente

Muchas personas tienen el privilegio de tener mucha riqueza material, y muchos han conseguido incrementar sus posiciones por tener un buen manejo de sus finanzas. Sin embargo, en muchos casos, la riqueza llega dada por la fe del creyente. Es decir, cuando somos capaces de generar una alta frecuencia en consonancia con las leyes del Universo, a través de las buenas acciones, pensamiento, intenciones y agradecimiento con un Ser Supremo, llámese Dios, Universo, Vida, etc.

De esta forma, atraeríamos muchas cosas buenas a nuestras vidas, y si estamos dispuestos a compartirlas con los demás, crearíamos un loop o un ciclo repetitivo, lo que generaría una satisfacción constante en general.

De hecho, las posesiones materiales no generan tanta satisfacción cuando se consumen para beneficio propio como cuando se comparten con los demás, con personas necesitadas, sin mezquindad y con el corazón.

2. Dar y compartir: una promesa de felicidad

Dar es una de las actividades más gratificantes a nivel personal. Por lo tanto, usar el dinero para ayudar a otros o para ofrecerles pequeños placeres, sin duda, puede generar una gran satisfacción personal, independientemente que se trate de una persona rica o pobre.

3. La ciencia comprueba el placer de compartir

Algunos investigadores, incluidos Philippe Tobler y Ernst Fehr, de la Universidad de Zúrich, ofrecieron 23 euros por semana durante un mes a los aproximadamente cincuenta participantes en su estudio para comprobar la satisfacción de compartir.

La mitad de ellos debía quedarse con este dinero y la otra mitad debía gastarlo en beneficio de otras personas. El estudio dio como resultado que el grupo que utilizó el dinero para beneficiar a otros reflejó una actividad cerebral más intensa en el área responsable de los sentimientos de bienestar y felicidad.

4. ¿Qué otros beneficios genera compartir con los demás?

Ofrecer tu tiempo, dinero o energía para ayudar a otros, como voluntario, donante o misionero, etc., es una buena práctica que propicia la intención de compartir con los demás.

Se trata de una iniciativa que no solo mejorará el mundo, sino que también te hará sentir más complacido. De hecho, el acto de retribuir a la comunidad aumenta la felicidad, salud y sensación de bienestar.

Finalmente, son muchos los beneficios que se obtienen al ayudar y compartir con otros. ¡Veamos!

4.1 Ayudar a los demás a sentirse bien

Ayudar a otros promueve cambios fisiológicos en el cerebro relacionados con la felicidad. Y esta mayor sensación de bienestar podría ser el subproducto de ser más activo físicamente, como resultado de ser misionero o voluntario porque te hace más activo socialmente.

Crea un sentido de pertenencia

Compartir con otros puede ayudarte a hacer nuevos amigos y a conectarte con tu comunidad. Las actividades cara a cara desde tu hogar o desde un punto de acopio para regalar alimentos, ropa, juguetes, etc., también pueden ayudarte a reducir la soledad y el aislamiento.

4.2 Te da un sentido de propósito

Los estudios muestran que ser compasivo con otros mejora el sentido general de propósito e identidad de una persona. Esto se debe a que ayudar a los demás puede hacer que te sientas recompensado, realizado y empoderado.

4.3 Dar ayuda a mantener las cosas en perspectiva

Compartir tus cosas con los demás, especialmente con aquellos que son menos afortunados que tú, puede ayudar a poner las cosas en perspectiva y hacer que te sienta más positivo y agradecido con Dios, acerca de tus propias circunstancias.

4.4 Es contagioso

También se ha demostrado que es más probable que las personas realicen hazañas de generosidad después de observar que otras personas hacen lo mismo. Por lo tanto, compartir con otros puede causar un efecto positivo en toda la comunidad, inspirando a decenas de personas a marcar la diferencia.

4.5 Compartir con otros puede ayudarte a vivir más tiempo

Una persona compasiva puede mejorar su capacidad para manejar el estrés y evitar enfermedades, así como aumentar su sentido de satisfacción con la vida. Esto podría deberse a que las buenas acciones alivian la soledad y mejora la vida social.

4.6 Te dará una sensación de renovación

Ayudar a los demás puede enseñarte a saber cómo ayudarte a ti mismo cuando lo necesites. Por ejemplo, si has pasado por una experiencia difícil o simplemente sientes tristeza, ser generosos con otros es una excelente manera de volver a sentirte bien rápidamente.

4.7 Aumenta tu autoestima

Está comprobado que las personas que se ofrecen como voluntariado o se dedican a ser misioneros en su comunidad o por el mundo, tienen una mayor autoestima y un mayor bienestar general. De hecho, cuanto más regularmente te propongas compartir y ayudar a otros, más confianzas ganarás en ti mismo.

4.8 Crearás amistades más fuertes

Cuando ayudas a otros emites vibraciones positivas que pueden contagiar a tus compañeros y mejorar tus relaciones sociales. De hecho, ser una fuerza positiva en la vida de un amigo puede ayudar a construir un vínculo duradero.

4.9 Te conviertes en una persona que ve el vaso medio lleno

Tener un impacto positivo en otra persona al compartir tus pertenencias podría ayudarte a cambiar tu propia perspectiva y actitud. Los expertos dicen que realizar actos de bondad mejora tu estado de ánimo y, en última instancia, te hace más optimista y positivo.

5. Conclusión

Muchas personas aún piensan que la riqueza material genera felicidad, aunque es cierto hasta cierto punto de vista, los hechos confirman que la felicidad en sí misma, cuando se aprende a reconocer lo afortunados que somos, da paso a una riqueza, no solo material, sino principalmente espiritual. Esto sin duda, es el punto de partida para aprender que la verdadera riqueza es la que se comparte con los demás.

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