Muchas veces, los estándares sociales critican y censuran a aquellos que, teniendo la capacidad, adquieren un bien de lujo, viajan a lugares exóticos o simplemente degustan de una delicia culinaria, calificandola como una conducta frívola y banal. Pero más allá de esta miope visión, yace un cuestionamiento genuino sobre este comportamiento: saber si se trata de un capricho o una necesidad.

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1. Tu derecho de superación y el consumo conspicuo

A pesar de cualquier intervención que se pueda hacer en favor de la pobreza, la realidad es que, de hecho, no es posible vivir una vida realmente plena en medio de carencias y penurias, y es que toda criatura viviente, incluyéndote, tiene el alienable derecho a disfrutar de todo el desarrollo que sea capaz de lograr.

Disfrutar de las cosas buenas de la vida, un comportamiento orientado a lograr crecimiento y elevación, no puede confundirse con el consumismo conspicuo o compras caprichosas.

El consumo conspicuo y ostentoso, se refiere al gasto excesivo de dinero en bienes o servicios para demostrar riqueza y estatus social. Ciertamente, algunas personas tienden a gastar mucho en productos para obtener reconocimiento social, mejorar su imagen propia y mostrar prestigio a los demás, en detrimento del desarrollo propio o de la legítima aspiración de superación personal. Probablemente, este sea el fundamento de quienes censuran toda expresión de satisfacción materialista.

2. Compras caprichosas ¿cómo reconocerlas?

La compra impulsiva y caprichosa es principalmente emocional y, por lo general, resultado de algún tipo de angustia emocional, probablemente problemas relacionados con la baja autoestima, la ansiedad, la tristeza o incluso el aburrimiento. Además de eso, el exagerado consumo caprichoso corresponde a un tipo de compra:

Incompatible con los recursos del individuo, pues gasta sumas excesivas en compras superfluas, o no prioriza correctamente sus gastos en relación con las necesidades básicas, ya sean físicas, mentales o espirituales.
Innecesaria, incluso si no afecta o pone en riesgo las finanzas del individuo.
Excesiva.
Hecha para contrarrestar una emoción negativa.
Marcada por una alteración de las prioridades.
Que luego de euforia inicial genere sentimientos de culpa o vergüenza.

3. ¿Qué motiva a hacer compras caprichosas en exceso?

La ciencia sugiere que las compras impulsivas pueden estar motivadas por varios diversos factores, entre los que se encuentra:

3.1 El disfrute

La idea de un placer puro e inmediato puede ser increíblemente poderosa; particularmente en situaciones estresantes. Obtener algo nuevo o recibir un estímulo en un mal día, agrega sabor y puede funcionar como un fuerte incentivo.

3.2 Aversión a la pérdida

Ya sean camisetas o champú, hay personas que compran cosas que no necesitan si no tienen la seguridad de que siempre estarán disponibles o si piensan que está consiguiendo una oferta realmente buena, así como la idea de obtener más por la misma cantidad de dinero, incluso cuando no están tratando de ahorrar dinero.

3.3 Aprovechar

¿Alguna vez has visto un 20% de descuento (o incluso un 5 %) y de repente sentiste que solo tienes que aprovechar la oferta? Esto sucede porque nuestro cerebro con frecuencia se deja engañar por la idea de que algo puede ser un buen negocio,¿y quién no quiere hacer un buen negocio?

3.4 La necesidad de almacenar

Como especie que teme quedarse sin recursos, tenemos una tendencia a abastecernos de cosas que creemos que deberíamos tener. Esta necesidad se intensifica cuando encontramos que el recurso en cuestión está disponible por un tiempo limitado (de ahí la locura del Black Friday).

3.5 Evaluación sesgada del uso

El comprador caprichoso e impulsivo está convencido de que comerá todos los alimentos, usará cada prenda de vestir y utilizará todos los artículos que compren. Realmente no importa si esto no puede suceder, simplemente sigue comprando.

4. Un comportamiento negativo

Las compras compulsivas y caprichosas se producen muchas veces como respuesta a fragilidades internas, transitorias o no, y más o menos conscientes. Puede ser el reflejo de una depresión oculta, un bajón emocional temporal y una baja autoestima. En estos casos, el objeto codiciado asume el papel de “vendaje para el alma”, y su adquisición tranquiliza, calma y amortigua las emociones negativas, los pensamientos infelices y las dudas.

Ciertos rasgos de carácter también favorecen este tipo de comportamiento, siendo la impulsividad y la dificultad para soportar las frustraciones las principales. Actuar en el momento sin premeditación es una característica de los compradores compulsivos, y no solo en el ámbito de las compras.

De hecho, la adicción a las compras se asocia frecuentemente con otros trastornos psicológicos como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la adicción a Internet, la depresión o incluso la bulimia. Si bien el objeto de estas anomalías es diferente, el mecanismo neurológico es el mismo.

5. Crecer: una necesidad

Naturalmente, todo ser humano tiene la aspiración de superarse tanto en el plano físico como mental y espiritual, es decir, vivir plenamente. Esto hace que crecer, en el más amplio sentido de la palabra, sea más que un capricho, una necesidad.

Desde esta perspectiva, cualquier compra que contribuya de cualquier manera en tener una vida verdadera, no el mero placer de complacencia, se justifica plenamente. Recuerda, tienes el derecho de comer y beber, pero también de estar alegre, rodearte de cosas hermosas, viajar y disfrutar de todo lo que mundo tiene para ofrecer, lo que es acorde con el crecimiento.

Un aspecto a tener presente es que cuando un consumidor toma la decisión de comprar un bien o servicio, esencialmente está haciendo una predicción sobre la utilidad que le reportará la compra, lo cual es una reflexión completamente razonable.

6. Conclusión

Aunque superar la impulsividad que fundamenta las compras caprichosas y construir una relación más saludable con el dinero puede llegar a ser un proceso difícil, e incluso vergonzoso, es algo con lo que muchas personas se enfrentan.

No obstante, con un sistema de apoyo, la información y los recursos adecuados, cualquiera puede crear un estilo de vida que, además de ahorrar para las cosas importantes, permita tener la posibilidad cierta de disfrutar de algunos caprichos en la vida, divertirse, conocer y tener nuevas y nutritivas experiencias.

La información antes expuesta te brinda la capacidad de reconocer si las compras que haces responden a un capricho o a una necesidad, lo cual puede ser una habilidad importante en el establecimiento de una relación saludable con el dinero y en tu natural proceso de evolución y crecimiento personal.

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